Pasados unos días, me siento un momento para hacer balance de lo escuchado en el Festival Internacional de Música de Cámara “Joaquín Turina” de Sevilla. He podido asistir a cuatro conciertos que creo que dan una idea cabal del conjunto.
Las sesiones me han deparado algunos momentos musicales memorables: la brava sonata de Debussy de Gonley/ Pino, el delicado dúo de Mozart ofrecido por Hoppe/ Coleman o un quinteto de Brahms con el que aprendí mucho sobre las relaciones que se establecen en un grupo de cámara.
Destacaría especialmente el Poema de una Sanluqueña de la violinista hitchcockniana Esther Hoppe y Daniel del Pino. A Turina, los excesos interpretativos le sientan muy mal. Su música es sensualidad fría. A mi juicio, muchos intérpretes –no sólo extranjeros- confunden lo que es clasicismo y mármol, con romanticismo y fuego. En consecuencia, la música se llena de colores chillones y se deshilvana; la elegancia turiniana desaparece. El Turina de Hoppe/ Pino me encantó. Ojalá haya más.
El Festival “Joaquín Turina” es una extraordinaria contribución a la vida musical sevillana. Me gusta que su formato sea reducido, que tenga su origen en músicos que viven en la ciudad, que reclame la memoria musical de un gran compositor, que involucre a estudiantes y voluntarios… No parece ser un “Festival-de-programador-con-talonario”: éstos, naturalmente, son más lucidos pero siempre hay dudas sobre su repercusión a largo plazo. Cuando en España funcionen habitualmente muchos festivales como el “Joaquín Turina”, podremos decir que nuestra cultura musical se está igualando con el resto de Europa.


28 noviembre, 19 h.
23 febrero, 19 h.

El curso empieza en noviembre y –como todos los convocados por la universidad alcalaína- es compatible con otras actividades docentes y profesionales porque se imparte en fines de semana. Toda la información en 



Junto a clásicos muy clásicos –paradójicamente con poco Beethoven-, se interpretarán los cuartetos nº 2 de Ligeti, nº 3 “Grido” de Lachenmann, nº 1 del australiano Nigel Westlake, los Black Angels de Crumb y una fantasía para cuarteto y percusión de Alexander Goehr.
En el Auditori, hay un ciclo titulado, precisamente, Auditori Cambra. Consta de dieciocho conciertos –no todos de música de cámara, estrictamente hablando- que se celebran en la sala Oriol Martorell del edificio diseñado por Rafael Moneo.




Música Sur es una gran noticia para la vida musical andaluza y española que se merece una gran repercusión. Creo que anuncia –junto a ciclos como el Sen Batuta orensano- una nueva manera de gestión musical que puede ser muy fructífera. Felicitaciones a su director artístico –el pianista del Trío Arbós, Juan Carlos Garvayo- y a las autoridades que han tenido la sensibilidad de apoyar la iniciativa. Si repiten el año que viene con la misma orientación –cruzo los dedos-, no voy a tener más remedio que asistir.
27 de enero de 2010




Brahms: String Quartets nº 1 and 3
Ravel, Debussy, Fauré: String Quartets
Schumann: Violin Sonatas
Viernes 4


