El Liceo de Cámara de la Fundación CajaMadrid presentó su temporada 2011-2012. La serie de conciertos del Liceo es la manifestación camerística más importante de la ciudad y, en el próximo curso, cumple su vigésima edición. Si no me equivoco, es la sexta temporada programada por Luis Gago.
En el mundillo musical español, Luis Gago es un personaje singular. Todos los que le han tratado, se hacen lenguas de sus conocimientos musicales. Pero, en este caso, la alabanza de sus amigos es innecesaria. Por sus obras le conocemos.
El programador ha renovado el Liceo en argumentos y en nombres. La media de edad de los artistas que participan en la próxima temporada deberá andar por la treintena. Es mérito de Gago haber familiarizado al público madrileño con las nuevas generaciones de intérpretes, apostando valientemente por ellos.
Si un nombre no te suena, confía en el programador. Pocas veces –alguna ha habido-, se equivoca.
En los argumentos del ciclo, Gago ha aportado una singular exigencia intelectual. Los conciertos dibujan una narración, una historia que se apoya en el ambicioso libro-programa de mano. Aunque llegue a añorar las notas al programa de toda la vida -un género literario en sí-, los volúmenes de Juan José Carreras y Miguel Ángel Marín forman parte ya de mi biblioteca musical predilecta.
Para el curso 2011-2012, el Liceo ha preparado dieciocho conciertos agrupados bajo el título Opus Ultimum. Durante las sesiones, se repasará la producción final de los grandes clásicos del género: Beethoven, Shostakovich, Schubert, Brahms, Bartók, Haydn, Bach… Los intérpretes, tremendamente atractivos. La nómina de los cuartetos de cuerda incluye al Quiroga, Hagen, Arcanto, Tokio, Ebène, Belcea, Pavel Haas y Meta4. Solistas, también de campanillas.
Como en otras ocasiones, no me quedo tranquilo sin señalar algunos aspectos que echo en falta: no hay repertorio español (bravo, por traer al Cuarteto Quiroga), no hay repertorio contemporáneo, no están las agrupaciones con piano.
Otro asunto relacionado con la entrada anterior. Tengo en mis manos el programa impreso del ciclo, lo he visto publicado en revista musicales ¡y todavía no aparece en la página web de la Fundación! Supongo que, dentro de unos días, aparecerá por aquí:
http://www.fundacioncajamadrid.es/Fundacion/Comunes/fun_cruce/0,0,72003,00.html
Más allá de estas objeciones, el menú es magnífico. Quizás algo crepuscular. Temo que los abonados acaben el curso un poco mohínos. Desde esta humilde tribuna, hago votos para que la siguiente temporada sea más alegre: una celebración de la vida, un canto camerístico –también los hay, bien lo sabe el programador- al renacimiento y la plenitud.
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