miércoles, 15 de junio de 2011

Alegrías del CNDM



Debo confesar -para mi vergüenza- que el jueves pasado asistí, por primera vez, a un concierto del CNDM. Hay años en los que, paradójicamente, los asuntos musicales le apartan a uno de la música. Sin embargo, quiero pensar que lo importante es que tengo dolor de corazón y un decidido propósito de enmienda.

De momento, ya tengo apuntadas en mi agenda las citas camerísticas del CNDM para el año entrante. A los aficionados a la música de cámara, el nuevo organismo del INAEM nos da algunas grandes alegrías: visitas de los cuartetos Emerson, Tokio, Diotima; estrenos en España de las últimas obras de Adès -ardo en deseos de conocer qué ha hecho el inglés para cuarteto tras la estupenda Arcadiana-, Rihm y Manoury. También será interesante conocer las creaciones camerísticas encargadas por la institución al internacional Alberto Posadas y a los señores académicos Marco y García Abril.





El regalo más inesperado en la segunda quincena de junio de 2012: siete conciertos del Cuarteto Casals con la integral cuartetística de Webern y Schubert, más otras obras del autor de Rosamunda (La trucha con Zacharias/ Posch y el Quinteto con cuerda con Runge, del Artemis).

Fuera de Madrid, también tenemos al Casals en la Santa Cueva de Cádiz; haciendo, por supuesto, las Siete Palabras de Haydn.

Sin entrar a juzgar globalmente la programación del CNDM -que toca palos muy distintos-, debo confesar que estoy encantado con lo que, en este terreno, ha preparado para Madrid*. Lo dicho, seguro que voy y cuento.

Toda la información en:


*Si siguiese viviendo en Sevilla -o habitase en Barcelona, por poner un ejemplo- echaría en falta mayor descentralización. La cosa camerística en (algunas) "provincias" se ha puesto tan oscura que no estaría de más una luz del INAEM.

2 comentarios:

  1. + concierto Brunetti. La verdad es que es una programación mangnífica! Efectivamente, es una pena que no haya nada parecido en Barcelona.

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  2. Te recuerdo que el concierto que mencionas es orquestal, por lo que queda fuera de la jurisdicción de este blog.
    Como están las cosas, tampoco sé si sería posible tener una institución así en cada ciudad española. Pero ¿no debería un organismo nacional de difusión musical repartir sus actividades -más o menos- equitativamente por las principales urbes del país, según su población? Me parecería lo más razonable (aunque no siempre la razón organiza nuestra organización social).
    Encantado de leerte.

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