Impulsado por el post anterior, me siento a escribir esta entrada. Me resulta difícil comentar la temporada de cámara de Orense por dos razones: 1) porque la impulsa/ organiza un amigo; 2) porque, desde septiembre, colaboro con ella. Sin embargo, creo que es necesario dejar constancia de una iniciativa modélica (pese al desacierto de encargarme a mí las fichas didácticas).
La capital gallega tiene algo más de cien mil habitantes y está en el puesto 59 de las localidades españolas por población. No creo que tenga una tradición musical especialmente llamativa. Desde hace tres temporadas, el Ayuntamiento organiza un ciclo camerístico que, todos los primeros jueves de mes -desde septiembre a junio- presenta una programación sencillamente modélica: combina intérpretes gallegos, agrupaciones internacionales emergentes y auténticas estrellas del panorama musical. ¿Repasamos nombres? Ensemble s21, Arctia Piano Trio, Gemeaux Quartett/ David Garrido, Hilliard Ensemble, Odaiko, Philippe Graffin/ Marisa Gupta, Maurice Bourge & Friends, Vertavo Quartet, Morgenstern Trio y Cuarteto Quiroga/ Valentin Erben.
En los programas, sobre una base clásica, hay un sincero interés por la música contemporánea (este año hacen Buide del Real, Ponnelle, Hartke y Kurtag) y no se descuida el repertorio patrio (Buide, Encina, Urrede, Falla, Mompou, Quiroga). Detrás de todo, un clara voluntad de difusión: charlas-coloquios antes de los conciertos, fichas didácticas que se reparten por los Institutos de Enseñanzas Medias, concursos para los adolescentes asistentes, precios popularísimos...
Quizás lo más importante: SEN BATUTA demuestra que se puede hacer todo esto con un presupuesto muy ajustado, incomparablemente menor que el de otros ciclos o festivales que lucen mucho menos.
Bollulos del Condado, que decía un comentario del post anterior, tiene la décima parte de la población de Orense. Pero, ¿hago una lista de las ciudades andaluzas mayores? Algeciras, Jaén, Dos Hermanas, Cádiz, Marbella, Huelva, Almería, Jerez de la Frontera, Granada, Córdoba, Málaga ... y Sevilla (para acabar machadianamente). ¿No podrían tener un ciclo así?
Con que las 58 ciudades españolas de población superior a Orense tuviesen una iniciativa similar (no digo ya proporcional), otro gallo -muy distinto-nos cantaría.
Estimado Fernando,
ResponderEliminarSoy el "anónimo" de Gomeznarros, es un pueblo pequeño por lo qué no te será difícil saber quién soy, de hecho, creo que ya lo sabes ;)
Aquí y (sobre todo) fuera de aquí, hay cantidad de pueblos diminutos con ofertas culturales cuya calidad es inversamente proporcional a la cantidad de presupuesto que se maneja o a su desarrollo demográfico. De eso, sé un poco. En mi opinión, todo depende de la sensibilidad y conocimiento (del terreno que se pisa) de la persona o personas encargadas de gestionar y organizar. El caso de Ourense ha comenzado muy bien, tu amigo sabe de qué va el tema y conoce como están las cosas fuera de aquí (por ejemplo en el tema de los cachés), por lo que si la administración pública o privada de quién depende el evento tiene sensibilidad (palabra muy importante), continuará por muchos años. La crisis es real, pero en muchos casos es un buen parapeto tras el que resguardarse. Es decir, no sólo hay crisis, además tiene que parecerlo...tal cual. Porque gastar dinero en algo como conciertos puede parecer un despilfarro a ojos de quién manda por encima de los que mandan. No sé si me explico.
Madrid y Barcelona son núcleos económicos y poblacionales demasiado grandes por lo que es normal que haya más de todo. El caso de Sevilla que apuntas es lamentable, pero no es una cuestión demográfica y estoy seguro de que con el ahorro resultante de quitar unas cuantas bombillas de la Feria de Abril, se podrían hacer al menos dos Liceos de Cámara...lo dicho, cuestión de sensibilidad.
¡Hombre, el "anónimo de Gomeznarros"! Te juro que no había caído. Un honor leerte por aquí.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo contigo. Me apunto la frase de "no sólo hay crisis, además tiene que parecerlo..."
La sensibilidad no es sino otra manera de referirnos a la educación. De ahí la responsabilidad de los que, de algún modo, nos dedicamos a la enseñanza.
Un abrazo y hasta pronto.