domingo, 11 de octubre de 2009

Gramophone Awards 2009

Como señalamos en una entrada anterior, el fallo de los Gramophone Awards 2009 era inminente. En aquella ocasión, ya nos referimos a la lista de las grabaciones candidatas en la especialidad de musica de cámara. El disco ganador ha sido el del Quatuor Ebène que, además, resultó galardonado con el premio al mejor del año. Todo un éxito.


La grabación premiada es el debut de los franceses en el sello Virgin Classics; salió al mercado en octubre de 2008 (como nos explicó un lector, los Gramophone premian discos algo añejos) e incluye los cuartetos de Debussy, Ravel y Fauré. Como casi todos los jóvenes cuartetos galos, los Ebène son discípulos de la cátedra ocupada en París por los miembros del Ysaÿe. Información completa sobre estos artistas esforzados -atención al aspecto de cansancio con el que posaron para la foto de abajo- en http://www.quatuorebene.com/fr


En youtube es posible ver un reportaje publicitario sobre la grabación de este cedé. Dura más de un cuarto de hora y, además de escuchar fragmentos importantes, hay entrevistas interesantes. El final, con el cuarteto CANTANDO no sé qué historia de un príncipe azul, es para no perdérselo. ¡Y cantan bien los tíos! El enlace es http://www.youtube.com/watch?v=Y2Hywiv8jXU
Otra cosilla. En la categoría de música instrumental barroca, resultó ganador el consort de violas conocido como Fretwork, por su grabación de las Fantasías de Purcell; el 21 del corriente, este grupo inaugurará el Liceo de Cámara junto con la mezzosoprano Clare Wilkinson.

4 comentarios:

  1. Nuevamente saludándote. Qué gran sorpresa fue lo del Disco del Año. Yo no creía que fuera a ganar el Cuarteto Ebene, pero en el fondo lo deseaba. Creo que igual les pasó a estos músicos, a juzgar por la entrevista que le concedió el violista Mathieu Herzog a la radio Classic FM del Reino Unido. Declaró que él creía que el Disco del Año iba a ser la versión de "Madama Butterfly" cantada por Angela Gheorghiu...
    Y de ahí la reflexión: tendemos a pensar que el máximo galardón debe ser para ejecuciones grandilocuentes, sinfónicas u operísticas. Pero por encima de esas consideraciones de tamaño, el álbum en cuestión es magnífico: profundo donde debe serlo y un poco juguetón en los pasajes más ligeros. Y son sólo cuatro tipos. Casi podríamos decir que es la revancha de la música de cámara, ¿no?

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  2. Estoy contigo. Menos es más, aunque no siempre parece comprenderse así (verbi gratia, véase el caso de los programadores patrios).

    No he escuchado el disco. Tengo bastantes versiones de las obras que tocan y me da pereza comprar otra más. En estos casos, siempre me corroe una duda: ¿de verdad que es posible decir cosas nuevas -y razonables- en un repertorio como éste?

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  3. En ese caso sería interesante leer qué piensas de las obras en cuestión. No digamos ya el disco, sino esos cuartetos de Debussy (Sol menor), Fauré (Mi menor) y Ravel (Fa mayor).

    El de Debussy para mi es mágico: tengo el recuerdo de haberlo escuchado por primera vez en Cartagena, Colombia.

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  4. A bote pronto, te cuento.

    Los cuartetos de Debussy y Ravel quizás sean mis obras preferidas. No es nada original porque son puntales del repertorio.

    En realidad, son obras paradójicas: singulares (en la producción de sus autores), juveniles y, al mismo tiempo, perfectas. De una tan extraordinaria belleza adolescente que pueden llegar a dar miedo.

    Siempre se dicen que no son representativas del estilo personal de sus compositores. Es verdad. Lo que ocurre es que, tras sus cuartetos, necesariamente tuvieron que buscar en otro lado. No era posible seguir ese sendero.

    Me encantan.

    También me encanta de leerte en el blog.

    Hasta otra.

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